La historia de la oblea empieza hace varios siglos. Su origen no resulta fácil de determinar, si bien se sabe a ciencia cierta que en el Renacimiento la oblea se servía como postre. Se trataba de un alimento de lujo que sólo estaba al alcance de la aristocracia y la alta burguesía. A continuación la oblea cobró un valor sacro como símbolo de la celebración eucarística: la hostia. Actualmente la oblea es un producto que está al alcance de todo el mundo, mayores y chicos, ricos y menos ricos.
Yo las he comido desde que tengo uso de razón, ya que en mi provincia, Salamanca hay al menos dos fábricas, en Cipérez pueblo cercano al que yo viví de pequeña (El Cubo de Don Sancho) y en La Alberca, maravilloso pueblo que os animo a conocer, donde trabajo actualmente y lugar de nacimiento de mi madre.
- 12- 14 obleas
- 750 g de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 70 g de azúcar
- 1 sobre de preparado para natillas
- 220 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 40 g de azúcar glas
- 130 g de avellanas tostadas
Para decorar: Opcional; Avellana en grano, bolitas de chocolate...
PREPARACIÓN:
Echamos las avellanas en el vaso y trituramos 15 segundos a velocidad progresiva 5-7. (Tienen que quedar en grano, no molidas del todo). Sacamos y reservamos a un bol.
Aclaramos el vaso y echamos la leche, el azúcar, el sobre de preparado de natillas y la vainilla y programamos 5 minutos, 100º, velocidad 5.
Vertemos esta mezcla a otro bol y tapamos con film transparente para que no haga costra.
En el vaso echamos la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar gal y mezclamos 30 segundos a velocidad 5. Añadimos el ron y programamos 10 segundos a velocidad 5. Incorporamos las avellanas y mezclamos 30 segundos a velocidad 2.
Cuando las natillas estén templadas, incorporamos a las mismas la mezcla de mantequilla, azúgar glas, ron y avellanas y mezclamos bien.
En un molde desmoldable de 23 cm ponemos una oblea y 6 cucharaditas de las natillas, otra oblea y natillas..... así hasta que la última capa sea de natillas.
Decoramos a gusto de cada uno.
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